Aprende a Meditar

 

En esta sección  explicamos los conceptos básicos del yoga y la meditación con la finalidad de que puedas practicar y experimentar por tu propia cuenta. En Ananda en Español  hay un curso completo sobre  yoga y meditación al que puedes inscribirte de forma gratuita; curso de autorealización  de Ananda en Español. Te recomendamos pasar tiempo en compañía de gente que te eleve. En las enseñanzas de yoga, satsang, que significa pasar tiempo en compañía de otros seguidores de la verdad, es la segunda fuerza en poder de influencia en el camino espiritual.

La meditación en grupo es de gran ayuda, intenta buscar o formar un grupo de personas que medite regularmente. La amistad y la ayuda de otros que llevan más tiempo que tú meditando es una fuerza espiritual muy fuerte. Sería muy beneficioso que te unieras o empezaras un grupo de meditación. En Ananda León, ademas de hacer meditaciones semanales en grupo, disponemos de profesores que te pueden ayudar en tus primeros pasos.

 

Por qué meditar

Por qué meditar

En cada uno de nosotros existe el anhelo innato de comprender la naturaleza del universo, saber qué somos y quiénes somos realmente; el anhelo de expandir nuestra conciencia y experimentar la unión con lo más elevado de la existencia. A lo largo de esta “búsqueda eterna”, como la llamó Paramhansa Yogananda, puede llegar el momento en el cual tratemos por fin de calmar nuestra mente y silenciar nuestros pensamientos para poder escuchar nuestro ser interior, el momento en que comencemos a practicar la meditación.

La mente consciente es nuestro estado normal de conciencia durante la vigilia, depende del intelecto y busca soluciones racionales a nuestros problemas. La mente subconsciente representa una parte muchísimo mayor de nuestra conciencia, se expresa cuando dormimos, aunque también está activa durante las horas de vigilia. El subconsciente es como un vasto océano del que la mente consciente sobresale como una pequeña isla. En él están inmersos nuestros innumerables hábitos y tendencias. El superconsciente representa el grado más elevado de nuestra conciencia. Es el reino de la auténtica percepción. Cuando la mente está serena y en estado elevado, surgen profundas percepciones e inspiraciones.

La mente consciente trata de satisfacer nuestros numerosos deseos con la esperanza de alcanzar ese anhelo de felicidad que todos tenemos y del que hablamos unos párrafos más arriba, pero una vez satisfechos, estos deseos se convierten en el preludio de nuevas ambiciones, nuevas responsabilidades y nuevos compromisos a largo plazo: Aquella casa, aquel flamante automóvil, terminar los estudios, conseguir aquel trabajo, pagar la hipoteca etc. En general, en el proceso de perseguir la satisfacción se pierde la capacidad de disfrutar de las cosas y esto nos lleva al estrés. El estrés es la respuesta automática y natural de nuestro cuerpo ante las situaciones que nos resultan amenazadoras o desafiantes. Cuando la respuesta de estrés se prolonga o intensifica en el tiempo, nuestra salud y nuestra capacidad personal pueden verse afectadas. Fisiológicamente, se ha descubierto que la meditación, entre otras cosas, reduce el estrés, fortalece el sistema inmunológico y es una ayuda en los procesos curativos del cuerpo.

Hay dos áreas importantes en el cerebro de interés particular para los yoguis: los lóbulos frontales y el sistema límbico. Estas dos áreas influyen enormemente en el comportamiento de la persona. El sistema límbico es una parte primitiva del cerebro y está asociada con los instintos básicos de supervivencia, tales como la cólera, el miedo o la agresión. Los lóbulos frontales son la parte más evolucionada del cerebro y están asociados con muchas de las mejores cualidades humanas: el idealismo, la alegría, la habilidad para concentrarse, la creatividad y la capacidad de abstracción. Una persona con lóbulos prefrontales normales comprende conceptos abstractos, cosa que no ocurre cuando estas áreas no están bien desarrolladas.

El proceso de la meditación además de dar más control sobre las funciones del cerebro, también lo hace sobre las funciones fisiológicas y el sistema nervioso involuntario. Esta capacidad no significa que la persona no reaccione, sino que tiene mucho mayor control sobre sus reacciones.

Las técnicas de meditación que practicamos en Ananda y las técnicas de muchos otros senderos espirituales se centran en energetizar los lóbulos prefrontales del cerebro.

La concentración en este centro, llamado “el ojo espiritual” (el asiento de la visión espiritual), proyecta la conciencia más allá del ego, en el infinito. Es entonces cuando comenzamos a satisfacer ese anhelo de felicidad o memoria Divina y comenzamos a percibir la beatitud de la Divinidad.

¿Qué es la meditación?

¿Qué es la meditación?

La meditación es un estado profundo de conciencia que se alcanza al acallar los pensamientos y concentrarse. Una buena definición de la meditación es la auto-observación.

La meditación, como la ciencia, está basada en la experimentación. La Ciencia descubre verdades de la naturaleza, la meditación nos permite descubrir verdades a cerca de nuestra propia naturaleza. Cuando medites, adopta los métodos del científico; tus herramientas, en lugar de ser el microscopio u osciloscopio, son la concentración y la intuición.

La meditación no consiste en reflexionar sobre pensamientos profundos; al contrario, la meditación auténtica empieza cuando los pensamientos terminan. Para progresar en la meditación debemos dejar a un lado la tendencia a buscar solución a problemas, el preocuparse y hacer planes, el reaccionar y el juzgar. Cuando estamos meditando necesitamos abandonar el pasado y el futuro.

La meditación no es pasiva, requiere energía y compromiso, pero no es tampoco un trabajo físico. En la meditación debes usar el esfuerzo de forma opuesta a lo que estás acostumbrado. Tu “esfuerzo” debe emplearse en relajarte más profundamente hasta que abandones la tensión de los músculos y los pensamientos. Por encima de todo, la meditación requiere tu atención completa.

La meditación no es permitir que la mente se sumerja en el estado subconsciente o que flote en sueños agradables. Es un estado de energía elevada y de una consciencia extraordinaria. Si al final de la meditación no sabes qué pasó, es porque realmente no estuviste meditando. La meditación te eleva por encima de los sueños del subconsciente y de la agitación mental del consciente, te pone en contacto con el estado de la Superconsciencia despierta, aguda e intuitivamente certera. Las percepciones profundas llegan desde el estado superconsciente, no de la mente consciente. Cuando llegamos a relajarnos tan profundamente que somos capaces de interiorizar la energía de los sentidos, la mente se enfoca y un tremendo flujo de energía se despierta. Esta energía tan intensa nos eleva al superconsciente, donde nuestros poderes intuitivos están totalmente despiertos, en el superconsciente llegamos a percibir realidades que jamás habíamos soñado.

Aunque la meditación es un proceso continuo, se puede decir que tiene tres etapas: relajación, interiorización y expansión. Para exponerlo de una forma sencilla podríamos decir que el proceso de la meditación puede describirse como:

a) relajación del cuerpo y de la mente,

b) concentración, únicamente con intención, en el objeto de la meditación.

c) expansión de la sensación de identidad con ese objeto hasta darte cuenta de tu unidad con toda la creación.

La meditación y salud

La meditación y salud

La meditación tiene grandes beneficios para la salud, es uno de los mejores antídotos contra la excesiva tensión de la vida moderna. El estrés lleva al cuerpo a una respuesta de “lucha o lucha”, sin darle alternativa. Esta respuesta puede ser válida para sobrevivir durante un tiempo limitado, pero a la larga la respuesta hormonal resultante puede causar serios problemas de salud. La meditación nos alivia de este estrés; a medida que nos relajamos, el latido del corazón es más lento y la presión arterial baja. La meditación ayuda a reeducar la respuesta mecánica de forma que no reaccionaremos tan fuerte o negativamente a situaciones adversas, también nos aporta la capacidad de permanecer más centrados y tener más control sobre nosotros mismos.

Se ha descubierto que la meditación fortalece el sistema inmunitario, el cual ayuda a defendernos de las enfermedades antes de que nos afecten y nos permite recuperarnos más rápidamente en el caso de enfermar. Últimamente se ha escrito mucho acerca de la conexión entre el cuerpo y la mente. La meditación ayuda a crear una mente sana, una mente que está alerta, positiva y calmada. En su momento, producirá un cuerpo lleno de vitalidad y salud. Un gran maestro de yoga puede controlar los procesos automáticos del cuerpo, como el latido del corazón, el pulso y las ondas del cerebro.

Una vida meditativa ayuda a fomentar otros aspectos de vida sana. Las asociaciones médicas, finalmente, han reconocido que puede alcanzarse un estado general de buena salud con una combinación de meditación, dieta correcta y posturas de yoga.

La meditación fomenta una mente saludable, nos permite desprendernos de estados negativos como el miedo, la preocupación y la cólera y los reemplaza por actitudes positivas. La práctica diaria de enfocarnos interiormente, nos da gradualmente el control sobre el flujo de la fuerza vital y nos permite llevarlo al interior de nuestro ser. Como resultado nos sentimos más satisfechos interiormente y perdemos la adicción a buscar constantemente fuera de nosotros cosas que nos den satisfacción: desde posesiones o interminables diversiones, a drogas y alcohol. El simple cambio de dirección de la fuerza vital tiene resultados espectaculares, lejos de aburrirnos o negar la vida, recuperamos nuestra capacidad para encontrar felicidad en placeres sencillos.

Cuándo meditar

Cuándo meditar

La meditación puede realizarse en cualquier momento y en cualquier lugar donde logres estar en silencio y donde puedas interiorizarte.

Elige el momento que sea más conveniente para tu meditación, la regularidad es el factor más importante, elige un periodo de tiempo en el que puedas ser constante. Crear el hábito de meditar es lo principal y más importante al principio. Para la mayoría de las personas las primeras horas de la mañana y la noche son los momentos en que no tienen tantas responsabilidades y pueden controlar mejor el tiempo. Estos momentos son importantes también por otras razones, por la mañana la mente está más calmada, aún no está ocupada en la agitación del día. Justamente antes de dormirse es más fácil reprogramar la mente subconsciente, donde tienen sus raíces los hábitos. También en este período los pensamientos de las personas que nos rodean están más calmados y nos afectan menos. Es mejor esperar media hora después de comer (y hasta tres horas después de una comida pesada), de esta forma no habrá competencia por la energía entre la digestión y la meditación.

Dónde meditar

Dónde meditar

Elige un lugar tranquilo para tu meditación, un lugar donde puedas concentrarte sin distracciones. Lograr desconectarte de todos los sonidos ayudará a tu meditación, los tapones para los oídos pueden ayudarte a desconectar mejor.

Si es posible, elige un lugar que únicamente uses para meditar, esto te ayudará a crear un ambiente de meditación, con el tiempo este lugar especial se llenará con la “energía” de la meditación. Una habitación pequeña o una buhardilla que estén bien ventiladas son ideales, si no dispones de una habitación completa entonces elige un área pequeña en tu habitación u otro cuarto que puedas reservar para meditar. Si puedes, cuando medites oriéntate mirando hacia el Este, esto ayuda a alinear el magnetismo de tu cuerpo con el de la tierra.

Tu lugar de meditación puede ser sencillo, todo lo que necesitas es una silla o un cojín pequeño para sentarte. Puedes realzar el ambiente construyendo un pequeño altar con fotos de santos que te inspiren, a mucha gente le gusta poner una vela pequeña y algo donde quemar incienso. Tu altar puede ser tan simple o tan elaborado como te guste, en cualquier caso, el verdadero altar es tu corazón.

De vez en cuando es bueno meditar en medio de la naturaleza, pero esto debe hacerse sólo de vez en cuando y no tomarse como una norma. La meditación profunda requiere una completa interiorización y en la naturaleza pueden encontrarse muchas distracciones.

Postura de meditación

Postura de meditación

Postura Correcta para Sentarse en una Silla

Elige una silla con el respaldo recto y el asiento mullido, puedes usar un cojín si lo deseas. Siéntate de forma que la columna esté separada del respaldo de la silla, así no hay presión en la columna. Pon las palmas de las manos hacia arriba en la unión de los muslos y el abdomen, lleva los hombros un poco hacia atrás para evitar que se doble la columna; al principio algunas personas encuentran esta postura un poco incómoda, pero pronto se acostumbran. Una columna recta es importante para relajarse completamente. Los músculos del cuerpo tienen que tensarse lo mínimo para ayudar a sostener tu peso, una columna doblada impide el movimiento de las energías sutiles necesario para los estados más profundos. Mantén el tórax hacia arriba y derecho. La barbilla debe mantenerse paralela al suelo.

Puede ayudarte a meditar poner una manta de lana o seda sobre la silla; los Yoguis lo recomiendan para bloquear ciertas corrientes terrestres sutiles que tienden a llevar la energía hacia abajo. La lana y la seda aíslan de estas fuerzas como el caucho aísla los cables eléctricos. Tradicionalmente, los yoguis se sientan sobre la piel de un tigre o un ciervo que ha muerto de muerte natural, pero la lana o la seda hacen casi la misma función. Coloca la manta por encima del respaldo de la silla, de forma que cubra el asiento y déjala caer hasta que termine debajo de tus pies.

Postura Correcta para Sentarse en el Suelo

Existen varias posturas que pueden usarse para sentarse, todas son igualmente efectivas. La más fácil para la mayoría de las personas es simplemente sentarse con las piernas cruzadas usando un cojín pequeño o un banquito de meditación. Recuerda que es importante mantener la columna recta, el tórax hacia arriba y la barbilla paralela al suelo. Para aquellos que tengan flexibilidad, la postura del loto se utiliza tradicionalmente para la meditación, pero asegúrate de que cualquier postura que uses te sea cómoda. Es mucho más importante mantener la mente fija en Dios que en el dolor de tus rodillas. En el suelo puedes poner una manta de lana o seda.

Empieza tu meditación

Empieza tu meditación

Comienza siempre la meditación relajando completamente el cuerpo y la mente, después enfoca tu atención en el entrecejo. Esta zona se llama “el ojo espiritual”, es un centro de gran energía espiritual. Tus ojos deben estar cerrados, relajados y mirando suavemente hacia arriba. Cuando hayas enfocado tu atención en el entrecejo, siente que estás enviando allí energía, creando un área de una gran calma y paz en el cerebro. Observa simplemente tus pensamientos, abandona cualquier pensamiento que llegue a ti en el espacio infinito. Deja el pasado y el futuro. Repite mentalmente, “Estoy en paz, Soy paz”. Cuando empieces a sentir la paz de la meditación, trata de entrar en ese sentimiento, profundizándolo hasta saturar todo tu ser. Siente la paz difundirse desde el ojo espiritual hacia la mente. Después de un tiempo déjela descender, como un líquido de luz, desde la mente a cada célula del cuerpo. Siente que todo tu ser está hecho de un líquido de paz. Mantén este estado el tiempo que te sea posible y después gradualmente siente que una vez más te encuentras enfocado en el entrecejo. Trata de mantener la sensación de esa paz profunda al terminar tu meditación y al pasar revista a tus actividades diarias. Siente que tu capacidad de movimiento y comunicación emergen desde ese estado de paz interior.

 

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